Por esta razón los gatos lamen las manos a sus dueños
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Si en más de una ocasión te has planteado la pregunta de por qué los gatos lamen las manos a sus dueños, debes saber que hay varias razones para ello. No es algo que hagan exclusivamente con los humanos, sino que los gatos también se lamen entre ellos.
Así es la lengua de los gatos
La lengua de los gatos está cubierta de cientos de espinas puntiagudas que reciben el nombre de papilas. Por esta razón, cuando nos lamen las manos la sentimos tan áspera.
La lengua cumple un amplio abanico de funciones. Por ejemplo, a la hora de alimentarse, les resulta muy útil para raspar la carne de los huesos de sus presas.
Además, les ayuda a mantener la temperatura corporal. Cuando se acicalan, los gatos utilizan su lengua para humedecerse el pelo con saliva, y así mantienen el pelo fresco y limpio.
Para entender por qué los gatos lamen las manos a sus dueños, lo primero es analizar cómo se relacionan entre ellos. Los motivos por los que los gatos se lamen unos a otros son muy diversos: cuidarse el pelaje, fortalecer el vínculo y percibir el olor.
¿Por qué los gatos lamen las manos a sus dueños?
Según los expertos, hay tres razones que responden a esta cuestión:
- Afecto: los gatos tienen muchas formas de comunicarse con los humanos, y una de ellas es el lamido. Cuando acariciamos a un gato, y luego este nos lame la mano mientras ronronea, podemos considerarnos afortunados porque significa que nos quiere y le gustar estar con nosotros.
- Sudor: por increíble que parezca, a algunos gatos les gusta el sabor ligeramente salado del sudor. Por lo tanto, esta puede ser otra de las razones por las que el gato nos lame la mano.
- Territorio: los gatos son animales muy territoriales, así que también cabe la posibilidad de que el gato nos quiera marcar. Su sentido del olfato está mucho más desarrollado que el de los humanos, y a través del lamido deja pequeñas partículas de olor.
Por supuesto, debemos saber cómo responder al lamido del gato. Si quiere demostrarnos su afecto, nosotros también podemos hacerle ver que le queremos. Para ello, simplemente tenemos que acariciar al animal con la mano que tenemos libre. También podemos peinarle con un cepillo suave.
Como resulta lógico, cuando el gato nos lame las manos, debemos lavárnoslas justo después. Si la saliva entra en contacto con una herida, por pequeña que sea, puede producir una enfermedad conocida como arañazo de gato.
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